martes, 13 de julio de 2010

Simple.

Se encontraba aquella joven escuchando J'y Suis Jamais Alle, echando el humo de un cigarrillo. Pensando en cómo era posible sufrir tanto por una persona y, al mismo tiempo, sentir que la felicidad sólo podía venir de ella.

jueves, 1 de julio de 2010


- Estaré llueva, truene o nieve. Sabes que te esperaré, que te querré y protegeré siempre. Si tienes algo que decirme, dilo. Por favor.
- Te quiero... y lo haré hasta el fin de mis días.
- Eso es exactamente lo que quería oír.

martes, 29 de junio de 2010

Abrazado a la tristeza.

- Ay, Odín...
- Jajaja!- rió él, entre jadeos, observándola al detalle.
- ¡No me mires así!- ella se dio la vuelta, nerviosa.
- Si ya te he visto todo.
- Bueno, pero no me mires así...
Él la rodeó con sus fuertes brazos, pegándola a él. Ella sonrió, y se giró para mirarlo de frente. Clavó la mirada en sus grandes ojos negros, profundos y llenos de odio.
- ¿Me odias?- dijo ella.
- Pues claro que no, joder...
Volvió a sonreir y cerro los ojos, dándole un beso en la comisura de los labios. Él pensó en lo desprotegida y sola que estaba. No tenía a nadie, ni nada, no sabía dónde ir y tampoco qué hacer con su vida. Sabía lo que quería, pero no cómo conseguirlo.
La ayudaré, no voy a dejarla sola, murmuró, pensando que lo decía para sí.
- ¿No me dejarás sola?
- No, no te voy a dejar sola, ¿me odias?
- No sabes cuánto te quiero, Romeo.
- No sabes cuánto te necesito, Julieta.
Y así eran ellos dos, Romeo y Julieta, una comparación pobre pero que venía a la perfección. Cuánto odio podían retener las personas, cuánta envidia, cuánta ira, cuántos celos... pensaban los dos en silencio. Y ella se preguntaba; ¿por qué nos quieren separar?, y él pensaba, ¿por qué me la quieren quitar?
- Mi niño...
- Dime.
- ¿En qué piensas?
- En que estoy abrazado a la tristeza más bella, en que tengo ganas de tí...
- Pues sigue comiéndome un ratito más...

En cada latido.

No puedo remediar el pensar y pensar en tu cara, en tu voz. Te reconocería por la calle estando ciega solo por tu perfume. Recuerdo todo lo que pasamos juntos, lo que me dijiste y lo que hice. En todo lo que recordamos, en todo lo que follamos. En todo lo que nos quisimos en ese momento. Recuerdo tanto de tí que a veces pienso que sería mejor no haberte conocido nunca en mi vida, y ojalá nunca te hubieses interesado en mí. Ojalá yo nunca hubiese caído en tus manos, porque después, me rompiste en mil pedazos cual cristal estampándose contra el suelo. Ojalá todo hubiera sido diferente, y me muero de ganas por decirte esto a la cara y no tengo valor. No tengo valor a serte sincera. Me preguntas si te quiero y sólo soy capaz de mentirte, mentirte y decirte que no y, ¿por qué?
Por miedo a que te vayas, a que te rías de mí, a que sólo sepas decirme borderías y arrogancias como siempre. A que hagas como que no lo has oído. Pero me quema por dentro no tener el valor a decirte todo esto, me quema quererte en cada latido, en cada respiración y bocanada de aire.

miércoles, 23 de junio de 2010

Deseos.



Y te miraría con deseo, y te besaría. Y te abrazaría y acariciaría.
Y serías el deseo en persona. Y te diría al oído que quiero que me lo hagas.
Así, despacito, haciéndome disfrutar en cada embestida, en cada movimiento.
Y te cogería con ganas, como al viernes...

martes, 15 de junio de 2010

Felicidad.

¿Qué es lo que más feliz te ha podido hacer en la vida? ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es el cosquilleo del estómago? ¿Qué significa querer u odiar? ¿Qué es la piel de gallina por una mirada? ¿Qué es sonrojarse?
¿Por qué todo eso? ¿Por qué el ser humano es tan complicado? ¿Por qué la gente no se da cuenta de que el amor son todo conexiones del cerebro? ¿No se da cuenta de que ningún animal se enamora, excepto el ser humano? ¿Y que eso es por ser el animal más inteligente? ¿No se da cuenta de que se destroza así mismo por ser inteligente, por tener un cerebro?

viernes, 4 de junio de 2010

Es en mí.

- Tengo hambre...
Ella le dio una calada al cigarro y se levantó del sofá. Observé su elegante caminar, sobre todo el culo. Abrió la nevera y sacó una lata de cerveza, dándole un trago largo hasta acabarla. La tiró a la basura y se sentó en la mesa. Uno de los tirantes de su camiseta se deslizó por su hombro. Me miró mordiéndose el labio y se relamió. Me entró un hambre de lobo, me estaba provocando y sabía muy bien qué funcionaba conmigo.
- Si me haces el amor, te hago tu plato favorito.
Me levanté y me la comí entera.

viernes, 30 de abril de 2010

Todo pasa por algo.


Es como esa sensación de no querer despertar nunca. Oir el ruido de la noche, el viento. Mirar las estrellas con un cigarro entre los dedos y las lágrimas resbalándose por tus mejillas.
Piensas en todo lo qué te ha pasado. Tanto bueno como malo. Y quieres con todas tus fuerzas recordar momentos que se han ido de tu memoria. Están a lo lejos y no lo comprendes.
Quieres salir, quieres dar una vuelta y seguir llorando como una estúpida pensando que va a regresar. Pensando que su ida no tenía nada que ver contigo, aunque en cierto modo, sabes que es así. Le echas a culpa y te echas la culpa. El mundo entero tiene la cupa de todo esto. Quieres estar sola completamente, quieres pensar. Conocerte es lo más maravilloso que le ha podido pasar, pero tú eso no te lo crees por mucho que te lo diga y te lo repita una y otra vez.
Tienes la cara como una magdalena de tanto haber llorado, pero eres entrañable y tú misma te recuerdas a una especie de niña pequeña con cuerpo de adulta, que no quiere que nadie toque sus cosas y llora si alguien se las quita.
Te miras al espejo y sabes que te estás llendo. Te estás muriendo por dentro. Caes y caes y nadie está allí para darte la mano y ayudarte a levantarte. Así que decides quedarte en el suelo, quedarte en el suelo frío y cerrar tus ojos despacio, oyendo el sonido del viento, de la noche en calma...

jueves, 11 de marzo de 2010

Rumbo norte.



















Debería llevarla conmigo en ese cacharro tan feo, que le recuerda tanto a mí. Ya sé que rumbo norte, hacia el frío nórdico y el calor primaveral. Hacia la gente, su gente. su gente que la quiere y le sonríe. Que la apoya.
Ella es bonita, y es un ángel y yo sé que se merece todo. Todo lo bueno en este mundo se lo voy a dar. La adoro, la quiero, y aunque no estemos juntos siempre... ni siquiera ahora lo estamos, la apoyaré y tendrá mi hombro. Porque yo quiero hacer ese viaje de rumbo norte.
Donde el frío calienta más su corazón.
Porque ahí está, en frente de mi moto vieja y brillante. Con su pitillo en la mano y con su pose de skin, su Espíritu del 69 y su amor por su tierra natal.

lunes, 1 de marzo de 2010

¡Ay, qué amor!

Bailando se encontraba aquella encantadora niña de dorados cabellos.
Cantando, y riendo sus padres la observaban.
Poco a poco crecía. Y ya no era una niña.
Era una mujer. Una mujer, que adoraba el placer.
Adoraba el sexo. Adoraba que se le erizara la piel.
Las duchas frías. El café. La música.
Adoraba el Ballantines y adoraba por encima de todo a ese chico... a ese hombre, ese hombre que le sacaba diez años.
Su compañero de orgasmos interminables en una cama, el baño de un bar, el cine, el suelo, el coche, el parque, en una pared. ¡Cómo lo quería!

Dime, dime.

Iba caminando por las calles una fría mañana con su camiseta negra a medio muslo, sus mallas de leopardo y sus botas. Pasaba por el centro y llegó a su destino. Supo que era su destino cuando mirándo al suelo vió sus zapatillas rotas y desechas, clavadas en el suelo, esperándola. Lo miró de pies a cabeza. Miró cada detalle. Su pelo largo. Su perilla. Sus ojos grises. Su boca rosada de labios finos. Su nariz puntiaguda. Sus pómulos. Su sonrisa blanca.
Tomaron un un café en un bar cercano y ella cuidadosamente rozó su muslo a la entrepierna de él, haciéndolo estremecer. Entonces, le susurró al oído un "Fóllame, fóllame lentamente, salvajemente, hasta morir. Házmelo como nunca se lo has hecho a nadie. Recorre mi cuerpo con tú lengua porque sé que lo deseas... Estámpame contra una pared, métemela hasta el fondo y hazme gritar tu nombre"
Quiero gritar
Quiero maullar
Quiero aullar
Quiero amanecer
Quiero anochecer
Quiero matar
Quiero fumar
Quiero cambiar.
Quiero disfrutar.
Quiero bailar.
Quiero escribir.
Quiero sentir.
Quiero acabar.
Quiero morir.
Quiero latir.
Quiero vivir.
Quiero comer.
Quiero leer.
Quiero mirar.
Quiero sufrir.
Quiero disfrutar.
Quiero nadar.
Quiero besar.
Quiero follar.
Quiero coger.
Quiero tener.
Quiero andar.
Quiero correr.
Quiero conducir.
Quiero volar.

Duerme conmigo cielo.

Te quiero...
No puedo vivir sin ti...
¿lo has dicho alguna vez?
Márcate un objetivo y lucha...
Pero ten cuidado, y mira a tú alrededor.
Aunque sea bueno tener un sueño...
Mira a tu alrededor, porque quizás mañana sea demasiado tarde.

Be free.

Bien, ahí me teneis en uno de esos días en los que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima. Yo sé que siempre hay salida pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecho una porquería.
Pasan los años, los proyectos, los sueños...
¿Recuerdas como querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera, todo es mucho más complejo: responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no te apetece, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten.
¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres?
¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente?
He sido un cobarde disfrazado de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente, escondo mis miedos para parecer fuerte, pero ya no más, es hora de ser consecuente porque, porque creo que lo he visto, amigo y...
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.
Con este tema me hago una promesa, y es hacer lo que sea para encontrar soluciones no problemas. Sé que no soy perfecto, bien, no me castigaré más por no serlo. Voy a aprender a decir que no, a aceptarme como soy, a medir el valor porque a veces fui valiente por miedo, sé que suena extraño pero ¿sabes qué? Lo peor de todo esque es cierto.
hoy busco, dormir agusto, no suena muy ambicioso pero créeme es mucho
Llevo treinta años estudiando la vida.
¿Qué no hay mal que por bien no venga? Eso es mentira.
Me centraré en lo importante, en mi familia, mis amigos mi pasión por el arte, aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando. Porque estar de bajón es humano. No pienso rendirme ante ningún problema, confío en mí soy capaz de vencer lo que sea.
Volveré a caer millones de veces pero siempre volveré a erguirme porque me di cuenta de que
oh, si amigo me di cuenta de que...
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo...

Si me crees...

D: Es que, él es él. Va de duro y de yonki... En lo que me estaba conviertiendo de dos semanas hasta ahora, y eso es por estar solo. Le haces falta, hablaré con él.
J: Yo no le hago falta... no creo que le haga falta a nadie, lo único, es que no quiero que sea un yonki por estar solo.
D: A mí me has demostrado que sí.
J: Demostrado ¿el qué?
D: Que me haces falta. Gracias a ti, ahora estoy bien. Gracias a tí tengo ánimos de seguir aunque ella ya no esté.

Amémonos.

Como esas pequeñas cosas que hacen un día perfecto.
Como un simple beso, un cigarrillo. Una canción lejana de suave melodía. Una bonita risa y un dulce de chocolate que se deshace en la boca. Una taza de café hecha con cariño en una taza azul celeste. Como aquel abrazo de un viejo amigo y la despedida de otro hasta el próximo fin de mes donde se acaban las vacaciones. La mirada perfecta de esa persona diciéndo un simple: te adoro. Que llega al corazón como la sangre por las venas bombeada por el mismo. Una guitarra tocada por aquel vecino que sabe tu canción favorita porque no paras de tararear. Una bicicleta roja, aparcada por una chica de cabello rojo. Comienza a llover aunque sale el Sol. Las gotitas caen sobre tu cara haciéndote sonreír porque eres feliz mirando el arcoiris a lo lejor.

Mi valor aumenta con cariño.

Ha sido porque sabía que tú me mirabas, mi valor surge porque tú me observas. Me crezco porque te veo tan perfecto, tan sumamente elegante y armado de valor hasta el cuello, que yo también quiero eso. Quiero ser como tú, saber qué hacer en cada momento y saber cómo actuar, ser valiente y hacerme valer ante el mundo. Que la oscuridad no me de miedo, que nadie ni nada me dé miedo. Que estar sola, no me de miedo. Que no saber pelear, no me de miedo. Que la adrenalina al subir no me haga sentir miedo. Porque ya que no tengo nada más que perder, por qué no perder también mi miedo. Por qué no ser tan perfecta como tú, si yo sé que algún día podré.

Mañana de un Domingo.

Se levantó y dirigió sus pasos a la cocina. Una vez allí, abrió la nevera pero no encontró nada interesante.
Abrió un pequeño armario al lado del fregadero.
Whisky.
Cogió la botella y un vaso. Lo miró durante unos segundos y lo volvió a guardar.
Quitó la tapa y la tiró. La botella estaba medio llena, se la arrimó a los labios y bebió.
Durante unos instantes parecía tan ansiosa que no se sabía por qué bebía con tanto desasosiego. Tiró la botella, ya vacía y se deslizó hasta el baño. No le hacía falta peinarse, pero se quitó el maquillaje corrido por la almohada.
Miró la hora; 7:32. Cogió las llaves y algo de dinero, con la camisa de cuadros, los tirantes y la falda, las botas bien apretadas por si tuviera que dar patadas.
Sin saber cómo, llegó a un 24h y compró tabaco, una pizza carbonara y una botella de ron.
¡Pobre de ella! Tan sola, tan sola...