lunes, 1 de marzo de 2010

Mañana de un Domingo.

Se levantó y dirigió sus pasos a la cocina. Una vez allí, abrió la nevera pero no encontró nada interesante.
Abrió un pequeño armario al lado del fregadero.
Whisky.
Cogió la botella y un vaso. Lo miró durante unos segundos y lo volvió a guardar.
Quitó la tapa y la tiró. La botella estaba medio llena, se la arrimó a los labios y bebió.
Durante unos instantes parecía tan ansiosa que no se sabía por qué bebía con tanto desasosiego. Tiró la botella, ya vacía y se deslizó hasta el baño. No le hacía falta peinarse, pero se quitó el maquillaje corrido por la almohada.
Miró la hora; 7:32. Cogió las llaves y algo de dinero, con la camisa de cuadros, los tirantes y la falda, las botas bien apretadas por si tuviera que dar patadas.
Sin saber cómo, llegó a un 24h y compró tabaco, una pizza carbonara y una botella de ron.
¡Pobre de ella! Tan sola, tan sola...

No hay comentarios:

Publicar un comentario