jueves, 11 de marzo de 2010

Rumbo norte.



















Debería llevarla conmigo en ese cacharro tan feo, que le recuerda tanto a mí. Ya sé que rumbo norte, hacia el frío nórdico y el calor primaveral. Hacia la gente, su gente. su gente que la quiere y le sonríe. Que la apoya.
Ella es bonita, y es un ángel y yo sé que se merece todo. Todo lo bueno en este mundo se lo voy a dar. La adoro, la quiero, y aunque no estemos juntos siempre... ni siquiera ahora lo estamos, la apoyaré y tendrá mi hombro. Porque yo quiero hacer ese viaje de rumbo norte.
Donde el frío calienta más su corazón.
Porque ahí está, en frente de mi moto vieja y brillante. Con su pitillo en la mano y con su pose de skin, su Espíritu del 69 y su amor por su tierra natal.

lunes, 1 de marzo de 2010

¡Ay, qué amor!

Bailando se encontraba aquella encantadora niña de dorados cabellos.
Cantando, y riendo sus padres la observaban.
Poco a poco crecía. Y ya no era una niña.
Era una mujer. Una mujer, que adoraba el placer.
Adoraba el sexo. Adoraba que se le erizara la piel.
Las duchas frías. El café. La música.
Adoraba el Ballantines y adoraba por encima de todo a ese chico... a ese hombre, ese hombre que le sacaba diez años.
Su compañero de orgasmos interminables en una cama, el baño de un bar, el cine, el suelo, el coche, el parque, en una pared. ¡Cómo lo quería!

Dime, dime.

Iba caminando por las calles una fría mañana con su camiseta negra a medio muslo, sus mallas de leopardo y sus botas. Pasaba por el centro y llegó a su destino. Supo que era su destino cuando mirándo al suelo vió sus zapatillas rotas y desechas, clavadas en el suelo, esperándola. Lo miró de pies a cabeza. Miró cada detalle. Su pelo largo. Su perilla. Sus ojos grises. Su boca rosada de labios finos. Su nariz puntiaguda. Sus pómulos. Su sonrisa blanca.
Tomaron un un café en un bar cercano y ella cuidadosamente rozó su muslo a la entrepierna de él, haciéndolo estremecer. Entonces, le susurró al oído un "Fóllame, fóllame lentamente, salvajemente, hasta morir. Házmelo como nunca se lo has hecho a nadie. Recorre mi cuerpo con tú lengua porque sé que lo deseas... Estámpame contra una pared, métemela hasta el fondo y hazme gritar tu nombre"
Quiero gritar
Quiero maullar
Quiero aullar
Quiero amanecer
Quiero anochecer
Quiero matar
Quiero fumar
Quiero cambiar.
Quiero disfrutar.
Quiero bailar.
Quiero escribir.
Quiero sentir.
Quiero acabar.
Quiero morir.
Quiero latir.
Quiero vivir.
Quiero comer.
Quiero leer.
Quiero mirar.
Quiero sufrir.
Quiero disfrutar.
Quiero nadar.
Quiero besar.
Quiero follar.
Quiero coger.
Quiero tener.
Quiero andar.
Quiero correr.
Quiero conducir.
Quiero volar.

Duerme conmigo cielo.

Te quiero...
No puedo vivir sin ti...
¿lo has dicho alguna vez?
Márcate un objetivo y lucha...
Pero ten cuidado, y mira a tú alrededor.
Aunque sea bueno tener un sueño...
Mira a tu alrededor, porque quizás mañana sea demasiado tarde.

Be free.

Bien, ahí me teneis en uno de esos días en los que nadie te coge el teléfono y las paredes se te echan encima. Yo sé que siempre hay salida pero saber que todo irá mejor no quita que me sienta hecho una porquería.
Pasan los años, los proyectos, los sueños...
¿Recuerdas como querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera, todo es mucho más complejo: responsabilidades, luchas, deberes, sonreir cuando no te apetece, mentir para no hacer daño a la gente que quieres, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten.
¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres?
¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen si se supone que siempre me sentí diferente?
He sido un cobarde disfrazado de valiente, siempre pendiente del qué dirá la gente, escondo mis miedos para parecer fuerte, pero ya no más, es hora de ser consecuente porque, porque creo que lo he visto, amigo y...
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.
Con este tema me hago una promesa, y es hacer lo que sea para encontrar soluciones no problemas. Sé que no soy perfecto, bien, no me castigaré más por no serlo. Voy a aprender a decir que no, a aceptarme como soy, a medir el valor porque a veces fui valiente por miedo, sé que suena extraño pero ¿sabes qué? Lo peor de todo esque es cierto.
hoy busco, dormir agusto, no suena muy ambicioso pero créeme es mucho
Llevo treinta años estudiando la vida.
¿Qué no hay mal que por bien no venga? Eso es mentira.
Me centraré en lo importante, en mi familia, mis amigos mi pasión por el arte, aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando. Porque estar de bajón es humano. No pienso rendirme ante ningún problema, confío en mí soy capaz de vencer lo que sea.
Volveré a caer millones de veces pero siempre volveré a erguirme porque me di cuenta de que
oh, si amigo me di cuenta de que...
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido.
Quizás la clave para ser realmente libre sea reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.
No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo...

Si me crees...

D: Es que, él es él. Va de duro y de yonki... En lo que me estaba conviertiendo de dos semanas hasta ahora, y eso es por estar solo. Le haces falta, hablaré con él.
J: Yo no le hago falta... no creo que le haga falta a nadie, lo único, es que no quiero que sea un yonki por estar solo.
D: A mí me has demostrado que sí.
J: Demostrado ¿el qué?
D: Que me haces falta. Gracias a ti, ahora estoy bien. Gracias a tí tengo ánimos de seguir aunque ella ya no esté.

Amémonos.

Como esas pequeñas cosas que hacen un día perfecto.
Como un simple beso, un cigarrillo. Una canción lejana de suave melodía. Una bonita risa y un dulce de chocolate que se deshace en la boca. Una taza de café hecha con cariño en una taza azul celeste. Como aquel abrazo de un viejo amigo y la despedida de otro hasta el próximo fin de mes donde se acaban las vacaciones. La mirada perfecta de esa persona diciéndo un simple: te adoro. Que llega al corazón como la sangre por las venas bombeada por el mismo. Una guitarra tocada por aquel vecino que sabe tu canción favorita porque no paras de tararear. Una bicicleta roja, aparcada por una chica de cabello rojo. Comienza a llover aunque sale el Sol. Las gotitas caen sobre tu cara haciéndote sonreír porque eres feliz mirando el arcoiris a lo lejor.

Mi valor aumenta con cariño.

Ha sido porque sabía que tú me mirabas, mi valor surge porque tú me observas. Me crezco porque te veo tan perfecto, tan sumamente elegante y armado de valor hasta el cuello, que yo también quiero eso. Quiero ser como tú, saber qué hacer en cada momento y saber cómo actuar, ser valiente y hacerme valer ante el mundo. Que la oscuridad no me de miedo, que nadie ni nada me dé miedo. Que estar sola, no me de miedo. Que no saber pelear, no me de miedo. Que la adrenalina al subir no me haga sentir miedo. Porque ya que no tengo nada más que perder, por qué no perder también mi miedo. Por qué no ser tan perfecta como tú, si yo sé que algún día podré.

Mañana de un Domingo.

Se levantó y dirigió sus pasos a la cocina. Una vez allí, abrió la nevera pero no encontró nada interesante.
Abrió un pequeño armario al lado del fregadero.
Whisky.
Cogió la botella y un vaso. Lo miró durante unos segundos y lo volvió a guardar.
Quitó la tapa y la tiró. La botella estaba medio llena, se la arrimó a los labios y bebió.
Durante unos instantes parecía tan ansiosa que no se sabía por qué bebía con tanto desasosiego. Tiró la botella, ya vacía y se deslizó hasta el baño. No le hacía falta peinarse, pero se quitó el maquillaje corrido por la almohada.
Miró la hora; 7:32. Cogió las llaves y algo de dinero, con la camisa de cuadros, los tirantes y la falda, las botas bien apretadas por si tuviera que dar patadas.
Sin saber cómo, llegó a un 24h y compró tabaco, una pizza carbonara y una botella de ron.
¡Pobre de ella! Tan sola, tan sola...