viernes, 4 de junio de 2010

Es en mí.

- Tengo hambre...
Ella le dio una calada al cigarro y se levantó del sofá. Observé su elegante caminar, sobre todo el culo. Abrió la nevera y sacó una lata de cerveza, dándole un trago largo hasta acabarla. La tiró a la basura y se sentó en la mesa. Uno de los tirantes de su camiseta se deslizó por su hombro. Me miró mordiéndose el labio y se relamió. Me entró un hambre de lobo, me estaba provocando y sabía muy bien qué funcionaba conmigo.
- Si me haces el amor, te hago tu plato favorito.
Me levanté y me la comí entera.

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